
Hugo Ball con su esposa Emmy Hennings y, a la izquierda de la foto, su amigo el escritor Hermann Hesse, de quien escribió una biografía en 1927.
En 1921, después de su ruptura definitiva con el movimiento radical que él mismo había ayudado a crear, Hugo Ball anotó una curiosa entrada en su diario: «Cuando la palabra “Dadá” vino a mí, fui invocado dos veces por Dionisio. D. A. – D. A. (H[uelsenbec]k escribió sobre este nacimiento místico, al igual que yo en notas anteriores. En aquel entonces, estaba practicando la alquimia de la letra y la palabra)». Esta invocación retrospectiva de Dionisio Areopagita (también conocido como Pseudo Dionisio el Areopagita) por parte de Ball se produjo después de su conversión radical a un catolicismo devoto y austero, cuando estaba dedicado de pleno al estudio del gnosticismo y de los Padres de la Iglesia. Dedicó el capítulo más largo de su libro Cristianismo Bizantino, publicado en 1923, a Dionisio. Esta charla explora la importancia del encuentro de Ball con este místico elusivo y con otras fuentes a menudo ignoradas de cómo entendemos hoy la vida y obra de este original e idiosincrático pensador durante su etapa dadaísta y después.